APOYA DANDO CLICK SOBRE UN ANUNCIO :) PRESENTACIÓN En 1959, cuando la amenaza de un enfrentamiento nuclear entre los EEUU y la Unión Soviética era bien real, el filósofo y matemático Bertrand Russell trataba de entender la actitud de los dirigentes de ambas potencias, aparentemente irracional, comparándola con la de los jóvenes que participaban en un juego de moda: se trataba de trazar una larga línea blanca en una carretera, de forma que dos coches se precipitaran uno contra otro sin dejar de pisar la línea; el jugador que se asustase primero, el gallina, se separaría de la línea blanca para evitar el choque y perdería la apuesta. En este juego puede resultar fatal que ambos jugadores sean muy arriesgados, pues si ninguno se desvía de su tra- yectoria ambos pueden morir al chocar los coches de frente. Unos años antes, en 1956, James Dean había hecho famoso un juego parecido (los coches se lanzan en la película de Nicholas Ray hacia un acantilado) en