RESUMEN La economía no es un fin sino un medio, como se ha demostrado en los últimos años. Según Gonzalo Bernardos, unos políticos con complejo de inferioridad intelectual —especialmente los que se autodenominan de izquierdas— han dejado a inversores y banqueros –comúnmente llamados "los mercados"– dirigir los asuntos económicos según sus intereses. El autor asegura que cuando oye hablar a los políticos de los mercados, le parece oír a los jefes de tribus milenarias implorar a sus dioses. Unos dioses a los que constantemente hay que contentar incurriendo en grandes sacrificios. Por eso ha decidido analizar en este libro los errores que han cometido los economistas atraídos por el dinero fácil o que han caído en el servilismo hacia unos políticos mediocres, y cómo, todos ellos, nos han engañado durante más de una decada. Al principio nos hicieron creer que estábamos muy bien, que teníamos más dinero, cuando en realidad se lo debíamos al banco. Últimamente nos han hecho verter
La profesión de economía se divide en macroeconomía, que observa lo que no puede explicarse, y microeconomía, que explica lo que no puede observarse.